El UV220 fue hundido el 3 de marzo de 1942 por el acorazado inglés “Destroyer” a las 12:48 hs. 325 alemanes se hundieron con él. Lo que aún no se sabe, es qué hacían en las aguas del partido bonaerense de Avellaneda.
Un equipo norteamericano de buceo ha decidido revelar el misterio. Encabezados por el oftalmólogo neoyorquino Michel Boltton, recorren desde abril las turbias profundidades del Riachuelo, hasta el momento sin éxito; Sólo han hallado infinidad de objetos inútiles y desechos, que poco o nada tienen que ver con el UV220: desde autos y tractores hasta inodoros, camillas y zapatos, pasando por jeringas, peines, monitores y hasta el cuerpo de un delfín presuntamente asesinado, estos aventureros norteamericanos declararon “no haber bebido jamás un agua tan negra” como la de nuestro río.
Sospechan que el submarino alemán escondería un antiguo tesoro hebreo, de un valor incalculable. Es por esto que planean continuar la búsqueda durante todo el invierno. “Elegimos esta época del año”, aclara Bolton, “porque es más fácil engriparse, y con las fosas nasales tapadas somos menos vulnerables al asqueroso hedor de estas aguas”.
Aún así, el aspecto de Nelson Ruth es lamentable: el contacto íntimo con el río bonaerense y algo que se ha inyectado recientemente han hecho estragos en su débil metabolismo.
Un equipo norteamericano de buceo ha decidido revelar el misterio. Encabezados por el oftalmólogo neoyorquino Michel Boltton, recorren desde abril las turbias profundidades del Riachuelo, hasta el momento sin éxito; Sólo han hallado infinidad de objetos inútiles y desechos, que poco o nada tienen que ver con el UV220: desde autos y tractores hasta inodoros, camillas y zapatos, pasando por jeringas, peines, monitores y hasta el cuerpo de un delfín presuntamente asesinado, estos aventureros norteamericanos declararon “no haber bebido jamás un agua tan negra” como la de nuestro río.
Sospechan que el submarino alemán escondería un antiguo tesoro hebreo, de un valor incalculable. Es por esto que planean continuar la búsqueda durante todo el invierno. “Elegimos esta época del año”, aclara Bolton, “porque es más fácil engriparse, y con las fosas nasales tapadas somos menos vulnerables al asqueroso hedor de estas aguas”.
Aún así, el aspecto de Nelson Ruth es lamentable: el contacto íntimo con el río bonaerense y algo que se ha inyectado recientemente han hecho estragos en su débil metabolismo.
Desde La Nave Loca, todo nuestro apoyo para estos dos aventureros y nuestros mayores deseos de éxito genuino.
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Michael Boltton, aquí posando para una foto exclusiva. Le dijimos que era para la revista Gente, sino no nos daba ni bola..
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Michael Boltton y su fiel ayudante, Nelson Ruth, intentan divisar através de las turbias aguas del río bonaerense, al UV-220
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Nelson Ruth experimenta en su propio cuerpo y se inyecta el contenido de una jeringa encontrada a orillas del río, haciendo peligrar la misión. Qué gil!
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